Un negocio espiritual y comercial redondo. La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se va a celebrar en Madrid el próximo mes de agosto con la presencia del Papa Benedicto XVI, no sólo aportará ingentes beneficios espirituales, sino también materiales. De hecho, se trabaja con un presupuesto de 50 millones de euros de gastos frente a unos eventuales beneficios cifrados en más de 100 millones. Y por eso, el gerente del episcopado y máxima autoridad financiera de la Jornada, Fernando Giménez Barriocanal, asegura que "al contribuyente no le va a costar un euro". Más aún, "la JMJ va a suponer un inyección económica para España de al menos 100 millones de euros".
"¿Cuánto costará el viaje del Papa?", preguntaba al Gobierno, por segunda vez, el pasado día 1 de mayo, el diputado de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares. El Ejecutivo aún no le ha respondido por escrito, pero la Iglesia sí ha querido responder hoy indirectamente al político comunista y a la población en general, a la que le cuesta digerir que, en plena crisis, se pueda gastar tanto dinero en un acontecimiento religioso.
"Consciente del contexto de crisis económica en la que estamos sumidos", Barriocanal quiere dejar las cuentas muy claras. Según sus cálculos, la estancia en España de dos millones de jóvenes va a costar unos 50 millones de euros, de los cuales el 70% lo pagan los propios 'Papa boys', mientras el 30% restante lo sufragarán empresas y particulares mediante donativos en dinero o en especie.
Organizadas en la Fundación Madrid Vivo, son ya más de 100 las empresas españolas que patrocinan la JMJ. Desde las grandes corporaciones, como Abengoa, el Corte Inglés, Endesa, Santander, Telefónica, FCC o Coca-Cola Iberia, hasta editoriales como Ediciones San Pablo o Santillana, medios de comunicación o restaurantes.
Tampoco pueden cuantificarse las enormes aportaciones no dinerarias procedentes del trabajo de los voluntarios, de la red de parroquias y colegios o de las familias que ofrecen sus casas a los jóvenes peregrinos.
Expropiación de 70 parcelas
A eso hay que añadir los gastos no presupuestados y que corresponden, fundamentalmente, a seguridad, sanidad, limpieza y acondicionamiento de los lugares paradigmáticos de la JMJ, especialmente el aeródromo de Cuatro Vientos, cuya capacidad se ha tenido que ampliar con la expropiación de más de 70 parcelas adyacentes.
Como es obvio, la Iglesia desconoce el montante de estas partidas, de las que se van a hacer cargo las tres administraciones: estatal, autonómica y municipal. Las autoridades políticas, al menos por ahora, tampoco las han especificado. Ni siquiera a preguntas del diputado Gaspar Llamazares.
Beneficios fiscales
Además de las aportaciones directas de las diversas administraciones, el Gobierno español ha calificado la JMJ de "acontecimiento de excepcional interés público", lo cual implica beneficios fiscales para los patrocinadores. Pero, según los organizadores, incluso "estas facilidades revierten en un beneficio para el Estado". Y ponen un ejemplo, "sólo en concepto de IVA, el Estado ingresará más de 25 millones de euros frente a los 18 que se prevé dejar de percibir en incentivos fiscales".
Por otra parte, este trato especial para los empresarios amigos de la JMJ es el mismo que disfrutan en la actualidad otros 14 eventos que tienen la misma calificación. Entre ellos, "El milenio de la fundación del Reino de Granada, Barcelona World Race, la celebración de Guadalquivir Río de Historia' o el evento de salida de la vuelta al Mundo a Vela Alicante 2011". Por eso, Barriocanal concluye tajante: "Los católicos no podemos tener un trato de privilegio, pero tampoco en absoluto de discriminación".
'Coste cero'
Lo que sí tiene claro la Iglesia católica es que la magna concentración juvenil no sólo va a suponer "coste cero para el contribuyente", sino que, además, va a generar cuantiosos beneficios para el país. Primero, en dinero contante y sonante. Una inyección, según Barriocanal, de más de 100 millones de euros, de los que "cerca de 50 procederán del extranjero y se van a quedar en España".
Y, después, una exposición mediática internacional sin precedentes y de un valor incalculable. Lo explica así Fernando Giménez Barriocanal: "La finalidad de la JMJ no es económica, a pesar de que va a tener una enorme aportación económica tanto para Madrid como para la marca España. España es un país atractivo, dinámico y solvente. Estamos orgullosos de arrimar el hombro para mejorar la percepción que en el mundo se tiene de España. La JMJ va a proyectar una imagen de España capaz de organizar uno de los mayores eventos que se generan en el mundo".
Tomado de: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/06/07/espana/1307459659.html
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