Parece un cuento pastuso: Carlos Suárez, el responsable de que cerca de 400.000 millones de pesos invertidos por gente de todo el país en la firma captadora DRFE (Dinero Rápido, Fácil y Efectivo) estén perdidos, es considerado casi un ídolo en las calles. No es broma. Extrañamente en la capital de Nariño, el culpable de que al menos la mitad de esa ciudad esté hundida en la incertidumbre, es tratado como una suerte de mesías."En Pasto casi nada es como parece y a veces aquí, todo ocurre al contrario", el trabalenguas es de Manuel, uno de los cientos de taxistas que recorren la ciudad intentando reponerse de lo que él llama "castigo divino".Su carro es un Chevette del 87, con la pintura oxidada y las sillas agujereadas. "Es lo único que me quedó. Antes tenía tres, pero los perdí en la pirámide".En realidad, resultó una verdadera odisea hallar a alguien que responsabilizara a Carlos Suárez de sus males.Julia es sobrina de un hombre que vendió su tractomula de 400 millones para consignar la plata en DRFE. La semana pasada su tío sufrió un infarto. Pero ella dice que la culpa la tiene el Gobierno por haber intervenido la empresa de captación. "Si no se hubieran inmiscuido, todo estaría bien. Carlos nos estaba ayudando a salir de pobres. ¿Por qué se metieron con él?".El viernes 4.000 personas se reunieron en la plaza de Nariño, junto a la Gobernación, para protestar por lo que llamaron una persecución injusta. Circularon un papel en el que decía: "Carlos, eres un pastuso berraco".Un hombre tímidoPero, ¿quién es ese hombre al que nadie crucifica?Se sabe que vivió en Villa Flor II y Santa Mónica, dos barrios populares del suroriente de Pasto. Que su familia estaba compuesta por su mamá y tres hermanos, que en algún momento fueron vendedores de chance.Una chica rubia que lo conoció luego de que regresara de prestar servicio militar en Bogotá, lo define como un muchacho tranquilo. Varias veces salieron de fiesta y sólo dos detalles le llamaron la atención: era tímido pero muy buen bailarín, y tenía un discurso "raro" y repetitivo sobre la ayuda al prójimo.José, botones de un hotel que también lo conoció en esos tiempos, no recuerda mayores sobresaltos: "se rebuscaba la vida, vendía obleas, cuidaba un parqueadero en el centro, no estudiaba porque no le alcanzaba".Luego hizo viajes repetitivos, al parecer a Putumayo, y Suárez empezó a verse distinto. La última vez que José lo encontró, conducía una camioneta último modelo de vidrios polarizados y cuatro motos lo escoltaban. ¿Por qué el vendedor de obleas necesitaba guardaespaldas? ¿Cómo pasó de vigilante de carros a ser el propietario de una 4x4?Esas incógnitas nadie las ha resuelto. Ni siquiera la Policía. En el Comando de Pasto se limitan a dar un comunicado donde el dato más relevante es que habría una "presunta familiaridad" entre el hombre de DRFE y el ex congresista Hernando Suárez Burgos.Pero un periodista de un medio local que pidió la reserva de su nombre, aseguró que las autoridades sí saben quién es Suárez y cómo amasó su fortuna: "lo que pasa es que no les interesa hundirlo porque muchos de ellos le entregaron plata, yo vi los recibos. Ellos saben cómo era el movimiento, o si no, ¿cómo se explica que a Pasto entraran helicópteros para sacar el dinero que a DRFE no le aceptaban los bancos?".En una entrevista que Carlos Suárez le concedió al canal CNC y que ahora es un DVD que se vende en los semáforos, aparece un chico de 28 años que desde una oficina atiende las preguntas en jeans y tenis. Suárez, de torso ancho y pómulos prominentes, por momentos también se ve como un potro nervioso: esquiva la cámara, se rasca la nariz, hace muecas con la boca.Dice que el dinero es producto de su habilidad la cual hizo que hace tres años se asociara con una firma panameña de "volatilidad y riesgo". Luego, dice, invirtió en petróleo, oro, la bolsa de valores y juguetería china.Asegura que su único interés es ayudar a la gente, que espera que su empresa dure 50 años y que quiere ser político. A sus inversionistas les dice: "no los dejaré, cumpliré hasta el último momento".
Reacciones
Pocos se sienten tumbados
Benjamín Salazar sólo espera que el Estado le ayude a recuperar su dineroA sus 43 años, Benjamín Salazar no siente que lo hayan engañado, no siente que haya perdido aún su dinero y cree que lo que sigue es que el Gobierno ayude a que devuelvan los dineros captados por Proyecciones DRFE, en el barrio Belén.Salazar, un comerciante siempre vinculado al sector de la salud, invirtió en tres tandas que suman algo así como 25 millones de pesos, que hoy están en manos de los responsables de DRFE, pero que no han sido devueltos por la orden presidencial de cerrar todas las oficinas de la captadora. Sólo hasta el martes, podrá tener alguna razón de lo que sucederá con su plata. Este comerciante conoció DRFE gracias a un amigo suyo, que manejaba la oficina de la captadora en Mocoa y quien lo convenció para que invirtiera allí. "DRFE estaba metiendo los papeles para legalizarse, que ellos tenían los papeles en Forex, en oro, comerciando con contenedores de China... Yo tenía conocimiento desde hace más de un año, pero sólo hasta el mes pasado fue que me dio por invertir, porque vi los resultados en las otras personas cercanas que obtuvieron su utilidad", dice Benjamín.Él no se siente estafado, a pesar de que no alcanzó a recibir los dividendos de su inversión porque apenas podía reclamarlos esta semana.¿Se sentía confiado y con certeza de que era buen negocio?"Es lo mismo cuando un banco le dice a uno que tiene un CDT a tanto y que invierten en esto y lo otro. Si fueran pirámides, ¿por qué el mismo Fiscal dice que no tiene material ni documentación para detener a los responsables de esto? Uno tiene riesgo en cualquier negocio que vaya a hacer, así sea en Bancolombia o el que sea. Los bancos más grandes del mundo. ¿Cómo no se va a caer una cosa de estas con un pánico financiero?... No me siento tumbado. En el momento en que decidí meter la plata, lo hice muy conciente. No me arrepiento para nada. Si voy a perder, pues pierdo, pero creo en DRFE y aún no he perdido nada".Uno de los afectados por en PopayanazoAlberto García (nombre cambiado por petición del personaje) es un medellinense de 34 años que desde 2001 vive en Popayán. Allí comenzó a trabajar como guarda de seguridad privada y en abril de este año decidió dejarse llevar por la buena fama de Proyecciones DRFE en la capital caucana.Tan buen prestigio tenía, que en las revueltas que arrasaron con la oficina de esta captadora en Popayán, parecía que toda la población hubiera confiado sus ahorros a DRFE.
Alberto comenzó con 200.000 pesos, luego con 400.000, luego metió a sus papás... Los resultados son tan contundentes que él libró su inversión, alcanzó a recibir algo así como 6 millones de pesos en junio, se casó, pagó todos los gastos del matrimonio... La plata se comenzó a ver, y mucha.
"DRFE nunca dejó de pagar, hasta que el pánico de la gente destruyó las oficinas... Si vuelven a abrir, con seguridad vuelvo a invertir, porque es injusto que el Gobierno y los bancos cerraran esto de la noche a la mañana", agrega este paisa que, al igual que la inmensa mayoría de ahorradores de DRFE, no se siente engañado ni tumbado.
"Cómo voy a sentirme engañado si lo único que ha dado son ganancias. Obviamente hay pirámides que llegan, están dos semanas y se vuelan, pero esta empresa llevaba mucho tiempo, tenía oficinas en todos lados y cumplía a las personas que invertían... Esto es producto de la desesperación de unos pocos", remata García.
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/D/dueno_de_drfe_vendio_obleas_para_vivir/dueno_de_drfe_vendio_obleas_para_vivir.asp?CodSeccion=21
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