Que Ecuador cruce el gran trecho que hay del dicho al hecho, depende de más de nueve millones de ciudadanos que hoy decidirán en las urnas el nuevo rumbo del país.El socialismo del siglo XXI, promulgado por Hugo Chávez y promovido en el país por el presidente Rafael Correa, es una puerta a la espera del 50 por ciento de los votos, más uno, para abrirse.La carta magna de 2008, bajo el lema Dejemos el pasado atrás, sumió al país en los últimos meses en una lucha frontal entre opositores y oficialistas.Posiciones enfrentadas"Ese proyecto de nueva constitución nos va a traer más hambre, más desempleo y va a ahuyentar las inversiones. Además es un sistema totalitario en donde el fiscal, el contralor y los jueces los van a nombrar prácticamente a dedo y con eso se apoderarán de todo el sistema de justicia en el país, perseguirán a todos los que pensamos de manera diferente al presidente Correa y eso va a generar intranquilidad e inseguridad jurídica", expresó a EL COLOMBIANO Lucio Gutiérrez, presidente del Ecuador de 2003 a 2005 y uno de los líderes de la oposición.Sin embargo, para un país en el que el sesenta por ciento de sus más de 13 millones de habitantes viven en la pobreza, la nueva constitución es vista por muchos como una tabla de salvación que permitirá una adecuada distribución de los ingresos y la riqueza al darle al Estado amplio poder sobre la economía y que dará protagonismo al pueblo."La constitución debe aprobarse porque es la primera vez en la vida del país que se pone en mano de los ecuatorianos para su lectura y análisis, se ha actuado de una forma democrática. Una de sus fortalezas es que pone freno al seriado bancario, a que nadie pueda tocar los ahorros de los ecuatorianos, de los ancianos, de quienes trabajamos todos los días para construir un pequeño patrimonio". afirma Jaime Abril, ex asambleísta y miembro del partido País.El nuevo modelo de Estado, que se encuentra bajo la lupa de los ciudadanos, consagra en sus 444 artículos reformas socialistas en una nación ávida de cambios.Gutiérrez lo reconoce, Ecuador necesita cambios pero considera errado el modelo. "Nos quiere transportar al siglo pasado, a los países europeos socialistas que implantaron estos modelos y que fracasaron por la corrupción que se concentró en sus gobiernos y por la falta de seguridad jurídica. Esa película que ya la vimos en el siglo pasado, la estamos viendo en Venezuela y en Bolivia y por eso le estamos diciendo al pueblo que diga que no".La estrecha amistad entre países de corte izquierdista en América Latina ha permitido comparar sus posturas y las situaciones de sus gobiernos frente a la oposición.Para Gutiérrez los casos de Venezuela y Bolivia demuestran el fracaso del tan mentado socialismo del siglo XXI. Según él, evidenciado en el primer país por el alto porcentaje de delincuencia, desempleo, pobreza e inflación a pesar de ser uno de los más ricos del mundo, y en el segundo por la crisis política que los llevó al borde de una guerra civil.La Iglesia Católica también es eje visible de la oposición, escandalizada por leyes que abren la posibilidad del aborto y el matrimonio entre homosexuales.El país está preparadoLa discusión en torno a la propuesta del presidente Correa dio paso a denuncias de corrupción y fraude.Para ejercer un mecanismo de control, 70 observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) provenientes de 14 países miembros se desplazarán en 12 de las 24 provincias del país para cumplir su misión.A pesar de que la oposición anunció enérgicamente la posibilidad de un fraude, la OEA aseguró que no veía indicios de que fuera cierto.La lucha por la nueva carta magna es sólo otro de los campos de batalla en los que se enfrentarán opositores y oficialistas en Ecuador.La Constitución de 2008 fue redactada en ocho meses por la Asamblea Constituyente, en la que 78 de los 130 miembros pertenecen al partido oficialista Acuerdo País. Y que, según Abril, contó con la participación de "afros, indios y cholos; mujeres, ancianos y discapacitados".De ganar el "sí", tal y como predicen las encuestas, Correa se convertirá en el presidente más poderoso jamás visto en el país, al darle más control sobre la economía, las instituciones y el sistema judicial.
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